Zoraida es lectora de todo momento y lugar, pero más del instante antes de salir. Entonces casi siempre pierde el metro, llega tarde y despeinada. La sociedad le colocó otras etiquetas, la de matemática, por ejemplo. Al día, se encuentra en el cuarto año de un doctorado en matemáticas, trabaja en probabilidad. Parece gustarle los inicios, sus ojos brillan un poco más con un problema nuevo que con uno ya resuelto. Pero, antes que comienzo, ella preferiría ser una vieja fotografía a contraluz.
