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LA OPORTUNIDAD QUE ME CAMBIÓ LA FORMA DE VER AL MUNDO

Por: Brisa Marina Beltrán

Universidad de Arizona- Estados Unidos

Desde niña siempre andaba rondando en mi cabeza la idea de viajar por todo el mundo, conocer mucha gente, diferentes culturas, estudiar en otro país, ser grande en la vida y aunque suene loco o muy deschavetado, el sueño más grande que tuve de peladita era ‘’Ser presidenta de Bolivia’’ ¡siii!, ese ha sido el sueño más grande y enorme de mi vida, pero ¿por qué?.

En la escuela y en el colegio solía ser escogida para estar en las mesas directivas, para ser presidenta, vice-presidenta u ocupar otras posiciones, así fue que en mí crecía cada vez más ese bichito que me impulsaba, tal vez de manera involuntaria, porque de verdad que me nacía hacerlo. 

Sin darme cuenta, en reuniones o estando en grupos de amigos, siempre estaba animando a mis compañeros, guiándolos, dándoles soluciones o posibles soluciones. Y así, poco a poco, me fui dando cuenta que nací con esa habilidad, que por supuesto tenía que potenciar. Lo que buscaba era potenciar esa habilidad y adquirir herramientas que me ayuden a ser una líder, pero una líder de verdad, con principios, valores, tolerante, haciendo las cosas con amor y pasión entre otras características y sobre todo muy preparada académicamente, siguiendo el lema de Nelson Mandela: “El arma más importante para un ser humano, es la educación”, y sí, para mí lo es.

¿Qué paso después de que saliste bachiller?

Salí bachiller, y mi deseo era estudiar en la Universidad pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca (UPSFX) en la ciudad de Sucre, pero lamentablemente mis padres no pudieron mandarme, porque no tenían dinero y eso fue, para mí, una decepción y por sobre todo una tristeza enorme, una frustración total. Me quede estudiando en Riberalta, Beni.

En ese tiempo me volví tan rebelde que ahora me pregunto ¿dónde andaba mi cabeza?, estaba en esa época en la que pensaba que sólo se trataba de vivir la vida, y no pensar más allá de mis narices. Me enamoré de una persona; fue transcurriendo el tiempo y como resultado de todo eso y por cuestiones de la vida, salí embarazada. Fue entonces en donde tuve que tomar una de las decisiones más importantes y serias de mi vida, pues tenía un ser creciendo dentro de mí, decidí volver a Cobija. Allí afronté sola el nacimiento de mi hija, su nombre es Abril. Fue esa decisión que cambió mi vida en un giro de 180º. Decidí comenzar de nuevo, desde cero, con una nueva vida, con visiones, con objetivos, metas y sueños por cumplir…Porque tenía en mis brazos, la razón de mi vivir y el motivo que me impulsaba a luchar con esas garras para salir adelante y salir adelante juntas, madre e hija, por nuestro bien.

 

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Brisa y Abril

Mi “nueva vida’’

Entre a la universidad Amazónica de Pando de la ciudad de Cobija, a la carrera de Turismo Sostenible. Le puse mucho empeño a mis estudios. Tenía que cargar con mi hija hasta la guardería, y al finalizar mis clases pasar a recogerla para retornar a casa, se preguntaran — ¿en tu universidad hay guardería? — Pues sí, comentarles que sí contamos con una guardería universitaria, que se convirtió en el segundo hogar de mi capullo, como de cariño le digo a mi hija.

Los primeros días fueron muy duros, me iba a clases con ese dolor en mi alma de dejarla ahí, varias veces llorando, porque nunca me había separado de ella, aunque sea por horas, pero no tenía otra opción, tenía que hacer todo el esfuerzo posible para continuar. De esa forma se convirtió en mi rutina diaria, lo más bonito de todo es que después de un tiempo Abril disfrutaba mucho de quedarse a jugar con los otros niños de la guardería, eso me dio un gran alivio para ingresar a mis clases tranquila, sin la inquietud y la pena de que esté llorando o que algo malo le pasara.

Ya en mi tercer semestre de la carrera, me postulé a la BECA TRABAJO a la cual salí seleccionada, y mi primer trabajo fue en el rectorado de la UAP.

 

Becada y rumbo a los Estados Unidos

Era un día normal común y corriente en mi trabajo como becaria, se me acerca una chica que trabajaba en Relaciones Internacionales, me da un folleto y me dice: — ¡Hola, mira este folleto por si te interesa!. Era de la Beca Winter Institute, que ofrece la embajada de Los Estados en Bolivia, una beca de LIDERAZGO PARA MUJERES. Fue aquel instante en donde nació la ilusión y el sueño de conocer Estados Unidos, pero cómo no cumplía todavía los requisitos, me propuse poder reunirlos.

Con una niña de 2 años, se me hacía un poco más difícil y complicado lograrlo, pero con la ayuda de mi familia y sobre todo de Dios, tenía entonces aún más fuerzas y ganas de estudiar. Cada clase la aprovechaba para aprender, y ser la más preguntona de todos mis compañeros ¡jajaja!, como dice el dicho: “No es tonto el que pregunta si no el que se queda con la duda.”

Ya siendo vicepresidenta de mi curso, me empapé de muchas cosas dentro de la universidad y de cómo funcionaba todo. En el aula varias veces fui el blanco de burlas cuando les decía a mis compañeros en las clases de inglés:

— ¡Ya van a ver ustedes, yo me voy a ir a Los EEUU! (risas)

o cuando me equivocaba en las pronunciaciones o estructuras de las oraciones en las prácticas. Pero no eran risas o burlas malas, pues creían que lo decía por bromear o solo por hablar tonterías. Lo cierto es que ellos no sabían que eso se había convertido en mí, en un reto, en el objetivo más ansiado y anhelado de los muchos que tenía.

Y así…

Pasaban los días y meses, cada vez sentía que este anhelado sueño se iba hacer realidad, seguí preparándome, capacitándome. Continué como becaria por dos años para luego optar por la beca de Auxiliatura de Docencia; también haciendo voluntariado, estudiando para tener buenas calificaciones, estando activamente en la directiva de mi curso. En el transcurso de tres años me preparé y trabajé duro para lograrlo, siempre inspirada por el motor más grande de mi vida: mi hija Abril, quien ha sido la que me cambió la vida, haciéndome pensar que por más inalcanzables que parecieran mis sueños, los podía lograr y alcanzar. Me convirtió en esa mujer soñadora y aspirante a lo más alto, a aspirar a lo que soñaba cuando era niña y que lo había postergado o tal vez dejado , pero estaba ahí la oportunidad, tan cerca y lejos a la vez. Sólo dependía de mi esfuerzo, para que se haga realidad.

Creo que muchos habrán dicho: — ¿Y ésta loca? ¡Está alucinando!,

Beca Winter Institute 2019

 

 

"Siguiendo el lema de Nelson Mandela: El arma más importante para un ser humano, es la educación - y sí, para mí lo es."

 

Ya al inicio del 2018 fue cuando me dije: — Este es el último año que voy a poder postular, pues no se permiten estudiantes de último año para ser seleccionados a la beca. Así que me puse las pilas más recargadas que nunca. Estaba ahí, parada en la puerta del paraninfo de mi universidad,  esperando junto con la multitud de estudiantes a que empiece la difusión de becas de la Embajada de los Estados Unidos en Bolivia. 

Quería saber más sobre la beca, despejar todas mis dudas. Estaban varias personas de la Embajada y algunos ex becarios de las distintas becas. Comenzó el evento: hablaron sobre los requisitos, dónde podíamos contactarlos, su experiencia como motivación para los presentes. Al finalizar me acerqué, pedí folletos y me fui a casa para ingresar a las páginas web y enviar un correo preguntando detalles sobre la beca que me interesaba. Desde ese día, las perspectivas que tenía eran sumamente grandes, hasta que lanzaron la convocatoria. Ya había aclarado mis dudas porque me reuní con una de las ex becarias, que por cierto: ¡Le agradezco muchísimo!. Yo andaba muy estresada en ese tiempo por reunir la documentación, hasta que al fin logré enviarla, ¡toda emocionada! Esa noche me acosté en mi cama, y le oré a Dios con tanta fe, con lágrimas entre mis ojos y de todo corazón le pedí que me ayudara. Que sólo Él podía hacer que mi sueño se cumpliera, que Él conocía mis anhelos y mi corazón…

En mi curso sólo tenían conocimiento de mi postulación tres de mis compañeros, los que me alentaban y me apoyaban siempre. Esperé con ansias a que me llamen, hasta que al fin un martes me hacen una llamada, me indican que he sido pre-seleccionada, y que tenía una entrevista.

Llego el día de la entrevista, respondí todo lo que me preguntaron y me dijeron que espere durante dos semanas para saber si fui seleccionada o no, ¡Quedé aún más ansiosa y nerviosa! Recuerdo que era un día jueves cuando sonó mi celular, tenía una llamada perdida de parte de un número de la embajada. Me volvieron a llamar y mi hija me dice: — Mamá la están llamando, así que como una loca corrí a responder, y ¡sí!, era Diego Ballivian quien me realizaba tan esperada llamada. Entre la emoción no me percate del ruido que tenia alrededor, la tele encendida, en el canchón los pollos cacareando, ¡todo un show!

Él me dice: - Disculpe Brisa, ¡usted parece que está ocupada!,

— le respondo que no,

Diego responde: ¡bueno!, quiero decirle algo importante, pero de verdad que me parece que está ocupada, y ahí menciona que seria mejor retomar la llamada hasta el lunes.

— Por supuesto que replique con un rotundo ¡No!, que si no me decía no iba poder dormir.

Entonces me dice: váyase a un lugar tranquilo de su casa para que me escuche bien.

— Y fue cuando sucedió lo que tanto esperaba, lo que tanto soñaba…

Felicidades usted ha sido seleccionada para la beca Winter Institute.
 

En esos momentos me sentí muy pero muy feliz, y con emociones encontradas. Le agradecí tanto a Dios por haberme dado esta gran oportunidad que ustedes ni se imaginan.

La gran experiencia

Foto oficial: Ecuador, Paraguay, Perú, y Bolivia.

Nuestra experiencia comenzó llegando a Arizona, en donde nos hospedaron en los apartamentos de Sahara, un lugar acogedor y muy bonito, donde teníamos de todo, piscina jacuzzis, gimnasio, sala de juegos, y ni que decir nuestros apartamentos. 

En fin, al otro día fuimos a la sesión de las fotos oficiales del programa con las demás chicas de Ecuador, Paraguay y Perú para luego ir a conocer la Universidad de Arizona, que era donde íbamos a pasar clases. Fueron pasando los días, con clases interesantes ¡de otro nivel! y lo digo así, porque eran clases participativas e interactivas, con profesores con mucha experiencia. La mayoría tenían doctorados, lo que más me sorprendió de todo, es que desde el inicio los docentes nos dijeron — ¡No nos digan doctores o Licenciados! Llámennos por nuestros nombres, aquí nosotros somos iguales y somos más que todo, sus amigos.

Realizábamos tantos trabajos comunitarios, actividades, y visitas a universidades, que al llegar a los apartamentos llegabamos agotadas, pero valía la pena. Aprendimos sobre la cultura, historia y sociedad de los Estados Unidos. También cosas muy productivas e innovadoras. Compartimos de igual manera con familias amigas (mentoras) que nos orientaron sobre cómo viven los estadounidenses, nos enseñaron por ejemplo a hacer el famoso guacamole, la salsa bandera o mexicana, vale decir que las que fueron nuestras mentoras eran de México, así que aprendimos el doble.

 

Evento cultural: Ecuador, Paraguay, Perú, y Bolivia.

Gira Académica

Durante el tiempo que duró la beca, fuimos a distintos estados y lugares como la ciudad de Tucson, Amerth-Masachusett, Boston, New York y Washington D.C.

En la gira académica conocimos muchos museos, memoriales, entidades públicas, universidades, lugares turísticos, emblemáticos e íconos de los Estados Unidos, como La Estatua de la Libertad, El puente de Brooklyn, La casa Blanca, entre otros. Realmente sentía que estaba en una película, de esas que vi desde que tengo uso de razón. ¡No lo podía creer! Pero no, estaba ahí, pisando suelo Estadounidense, cumpliendo para muchos el ansiado “sueño americano”

¿Qué significó representar al país en los Estados Unidos?

Podría decir que no hay palabras para expresar mi sentir y lo que significó el programa SUSI (Study of the U. S. Institute), programa de Mujeres Líderes.

Ha tenido un gran impacto en mí, pues esta experiencia increíble cambió mi vida en muchos aspectos y sentidos, al obtener nuevas visiones, aumentar las ganas de crecer y seguir aprendiendo día a día, y ser cada vez mejor. 

Universidad de Harvard en Boston

Convivir con 20 chicas de diferentes lugares, realidades y culturas significó personalmente algo tan extraordinario, porque aprendí de ellas múltiples cosas, sobre los voluntariados que hacían en sus países…¡Qué eran sorprendentes!, su modo de vida, sus experiencias, sus usos y costumbres y sobre todo lo increíbles que son. Me siento sumamente honrada de haberlas conocido y compartido conocimientos, historias y anécdotas que quedaran por siempre en nuestras memorias y con seguridad, en un lugar especial en nuestros corazones. Lo que nos unió aún mas, aparte de ser descendientes indígenas y afro descendientes, eran los ideales. La lucha en contra de la discriminación de raza, en favor de los derechos humanos y derechos de las mujeres, el feminismo, y nuestra sed de romper con los estereotipos de género. Pues cada una de nosotras tiene la visión de poner un granito de arena en nuestras acciones, porque soñamos en un mundo mejor para que nuestras futuras generaciones, para que ellos se sientan orgullosos de sus raíces, de su cultura, de donde vienen, de quienes son. Uniendo fuerzas como países hermanos, como países latinoamericanos.

Y sucedió así, logré lo que tanto ansiaba, siendo mamá soltera, ¡sí!, con una niña de 5 años, ¿Por qué no podes lograrlo vos? Recuerda esto, “Si puedes soñarlo, puedes lograrlo” Walt Disney. Ve detrás de tus sueños, lucha por ellos, inspírate en lo más bello que nos dio la vida, los hijos, por ellos vivimos, y por ellos tú puedes lograr lo que te propongas, de eso no tengo ninguna duda.

Porque si yo pude alcanzarlo ¡Tú también puedes!

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